jueves, 12 de febrero de 2015

Control de los temas 3, 4 y 5 de Lengua

  1. Definir la modalidad de un enunciado y determinar si el oración o frase.
  2. Determinar el sujeto léxico y gramatical de una serie de oraciones.
  3. Reconocer los tipos de oraciones impersonales.
  4. Reconocer los diversos usos del pronombre se.
  5. Determinar si el sujeto de una serie de oraciones es agente, paciente, experimentador o causa.
  6. Clasificar oraciones según la naturaleza del predicado.
  7. Reconocer complementos verbales.
  8. Análisis morfosintáctico.

martes, 10 de febrero de 2015

Dictado sobre las reglas generales de acentuación

No sabía exactamente lo que pasó, pero no vio al muchacho cruzar ante sus ojos. Ahora no podía quitárselo de la cabeza. Le dijeron que no era culpa suya,
que fue un accidente; le trajeron un psicólogo que le examinara; le administraron una fuerte medicación... Todo dio igual. Las imágenes persistían en su cerebro: nada más entrar al área de servicio un estallido de vidrios tras un golpe seco, silencio unos segundos y de pronto el gentío arremolinándose histérico alrededor del coche, alguien pidiendo un médico, una ambulancia, el susto, las náuseas... Ahora, sentado en ese banco, a la sombra de un árbol minúsculo, en su mínima parcelita de césped, pensaba cómo salir de aquel entuerto. Y allí mismo encontró la solución. Nada más fácil. Ni más difícil. Se acercaría hasta su casa, llamaría al timbre y se presentaría para hablar. Quizá mirándole de nuevo a los ojos esa nueva imagen borrara la anterior. Quizá.

Dictado sobre acentuación de diptongos, hiatos y triptongos

Ya tenéis lo que queríais, ¿qué más podéis pedir? Nos habéis arrebatado todo, no nos queda trigo ni un maldito buey con que trabajar la tierra. Arrasasteis
campos, quemasteis bosques, envenenasteis los ríos. Los niños aúllan de terror al veros, huyen las mujeres al sentiros venir, los ancianos se santiguan. Nuestra
reina fue a hablaros. Pidió paz y solo vio cómo hacíais prisionero a nuestro pueblo. Dio sus tesoros a cambio de nada. Os reís de nuestra desgracia y en vuestros pétreos corazones no cabe más desprecio. Bien, caudillos del Norte, cuidaos. Tendréis el castigo que merecéis. Habrá venganza para cada uno de vosotros pues etéreo es el poder de los hombres. Entregaos al destino al que sois llamados, rendíos hoy y devolved la corona áurea que nunca os perteneció. Yo, el más mísero súbdito del reino, puedo más con un brazo que todos vuestros demoníacos guerreros juntos. Los dioses están con nosotros.