jueves, 29 de noviembre de 2012

Algunos autores para la prueba de expresión oral

Sugerencia de autores (algunos de ellos extraídos de la antología De todo corazón. 111 poemas de amor.- Selección de José Mª Plaza; ed. SM; Madrid, 2005):


Manuel Acuña (México, 1849-1873)
Manuel Amor Meilán
Gustavo Adolfo Bécquer
Juan Borrero (Cuba, 1877-1896)
Dolores Cabrera y Heredia
Ramón de Campoamor
Cecilia Camps
Julián del Casal (Cuba, 1863-1893)
Rosalía de Castro
César Conto (Colombia, 1836-1892)
Carolina Coronado
Augusto Ferrán
Gertrudis Gómez de Avellaneda
Juan Clemente Zenea (Cuba, 1832-1871)
José Zorrilla

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Textos para el dictado del 1r trimestre

Uso de g/j
Kemal se estiró sobre su jergón de paja rumiando una jerigonza de palabras ininteligibles producto aún del sueño. Ingenuamente pensó que se hallaba en su casa del barrio egipcio, con su balconcito de geranios injertados, su jilguero en la jaula de cobre, su café generoso y sus berenjenas. Pronto entendió su error. Estaba en la cárcel. Según el gerente, por infringir la ley, por apropiarse de lo ajeno. Se irguió como pudo hasta el rincón para beber de la jícara, pero esa sopa de agua sucia y moho le produjo arcadas. Un ejército de arañas tejía los jirones de sus telas por los rincones. Afligido, bajó la cabeza y empezó a gemir bajito. Sus
jipidos llegaron a la celda vecina, gemela a la suya, donde un gigante gitano apoyaba la giba en los barrotes y se carcajeaba, ajeno a su pesar...

Uso de b/v
No eran todavía las nueve de la noche y ya la glorieta que albergaba la verbena hervía de bullicio. Como un avispero estridente, las risas vibraban en el aire caliente del verano, más valientes a medida que sobre la luz vespertina avanzaba la noche con su perfume de fruta y hierba segada. En el vértice sur de la plaza, altiva y vigilante, escupiendo desprecio por su víbora boca a los que se atrevían a citarla, Inés, la bella Inés, esperaba a su hombre. Evitaba, por dignidad, movimientos de cuello a Este ni Oeste, pero el fuego de sus ojos y la lividez del rostro mostraban obvia su ira.
Por fin, un bramar de pistones, válvulas y gasolina dio paso al polvo agresivo de un gigante a lomos de una Harley que invadió la pista entre la ovación de unos y las maldiciones de otros. Bien, ahí estaba. Una oleada de violenta envidia invadió el recinto, pendiente ahora de ambos jóvenes que se medían con la mirada.